lunes, 16 de mayo de 2011

Respirando entre tus sombras, de rincones sin dormir

Cerró la puerta de su casa de un suave portazo. Abandonó las llaves en un cuenco de la entrada y sus pasos resonaron en el pasillo. No pudo evitar cabrearse, y sus ojos (verdes) ahumados, cayeron en la ventana de su habitación. Se acercó y la abrió. Respiró el aire limpio y frío del ambiente, que revolvía su pelo pelirrojo. Cuando los abrió, encontró otros ojos (verdes) desnudándola sin violencia, sin pasión. Básicamente técnico, con una ligera sonrisa que incluía la ironía en su esencia. Estaban en las escaleras que desembocaban en la catedral. Ella tenía la cámara en las manos, y él se apoyaba en un pilar, con las manos en los bolsillos, mirándola directamente. Se estremeció. Turistas. Lo peor es que no sabía si alegrarse por ello. Cuando la chica se giró, la atracción aumentó. Él despegó lentamente los ojos (verdes) de esos otros ojos (verdes) y sonrió a su acompañante. La besó, y la pelirroja sintió temblar hasta el piercing de su nariz.

No hay comentarios: