domingo, 26 de junio de 2011

I'll miss you, my essence..

Restallan los sonidos amortiguados por las paredes de mi habitación, mientras miro al techo sin verlo y sonrío cuando en mi cabeza se reproducen sus palabras una y otra vez. Negar que tienes miedo, aunque apenas puedas mirarle a los ojos para que no lo lea en ellos. Seis cuerdas, o cuatro, o dos baquetas que no dejan de sumirme en el más hondo de los placeres y que me hicieron llorar mientras cantaba: "tell my love now!" al mismo tiempo que las campanas anunciaban que ya llegaban los 17, dándome toda esa fuerza para patearme Madrid cogida de tu mano, o para saber que te tendré lejos durante más tiempo del que debería estar permitido por el propio universo. No me dejas decir: "te echaré de menos", y yo enrojezco de vergüenza, mientras tu voz tiembla cada vez que me dices aquello, que es como lo más maravilloso del mundo, pero doy gracias a todo porque siempre sea de noche, y no me veas llorar.
Me bastan las letras de tu nombre para estremecerme, y maldecir el puto septiembre..

martes, 21 de junio de 2011

17 años haciendo malabarismos con el sombrero.

Y unos cuantos polvos más, de esos que dices que no compensan, aunque yo en realidad sé que estabas cogiendo práctica para un guitarrista que es feliz cuando empapeláis juntos las paredes de tu cuarto. Nos hemos visto en muchas ya, y había días en los que tú me ahogabas en chupitos, y días en los que simplemente, nos emborrachábamos juntas. Te mereces el texto más bonito del mundo, y yo eso no puedo dártelo. Pero sí puedo prometerte que jamás me cansaré de mezclar letras con raíles, que no hará falta ni mirarte a los ojos, que voy a reventarte la piel a canciones de Marwan, y te pienso conocer de nuevo cada verano. Que pase lo que pase, y paseN los que paseN, aquí estaremos tu y yo, intentando hacer que cuatro líneas suenen bonitas, dejándonos el alma en cada esquina de Segovia, volviendo a ser, de vez en cuando, rubias en una cuarta fila.
Crece lo que tengas que crecer.

sábado, 18 de junio de 2011

Lo aprendido en el camino.

Ella se revuelve entre las esperanzas de hoy y los sueños del mañana. Le guiña el ojo a las farolas para que me alumbren por las noches, y finge que me cierra las heridas con alcohol de cubata porque sabe que eso me hace sentir bien. Nunca creyó en los cuentos de hadas pero ahora tiene uno propio. Escribe siempre con M en la cabeza, y antes de que mi toalla caiga al suelo, la coge. Vuelve a casa pronto, pero borracha, porque dice que los charcos le hablan del futuro y es por eso que nunca falta una palmada en la espalda si me invade la pena. En su mundo no caben cinismos pasados de noches sin dormir por culpa de un rubio, porque ella, dice, es mucho más que el solo de Snow sonando hace ya año y pico. Y no se cansa de sonreír a los extraños por la calle, porque cree firmemente que todos  merecemos tener un buen día, y no para de afinarle las cuerdas de la guitarra a su chico, porque cuando nadie nos ve me confiesa que sin él, no es nada. Le escribo esto porque sé que estará perdida entre una litro y un trozo de hierba en cualquier parque de Segovia a estas horas, y sinceramente, no me ha dado tiempo a decirle lo perfecto que ha sonado, a eso de las 9, cuando yo ya le echaba de menos, su "te lo dije". Sigue diciéndomelo Marianita, sigue.:)

miércoles, 15 de junio de 2011

Quiero un amor a lo EUKZ.

Que me follen por los parques y me aten a la cama. Que le de igual que le desnude en medio de la acera. Que me diga que no le importo, pero tiemble de vértigo si me ve mirar a otro. Que no quiera ni poseerme, ni perderme. Que si estoy jodida, me eche un polvo y se líe un peta. Que arregle las discusiones declarándome una y mil guerras contra el colchón. Que no crea en la propiedad privada, pero que tampoco haga falta. Que me haga chillar como si me estuviera matando, para que los vecinos se mueran de envidia de todo lo que follamos. Que no me deje vestirme para dormir y me despierte metiéndome mano. Que se vaya por la puerta como un extraño después de una noche de fiesta, y sólo hagan falta dos minutos para que vuelva con la mejor de las sonrisas porque no ha sido suficiente. Que se ca(n)se conmigo al grito de "abran paso entre tus piernas". Que aprenda a quererme cada vez como la última.

jueves, 9 de junio de 2011

Essaouira.

Te escribiría un verso por cada vez que me dices afínate con ese tono de entre cansado, borde y amargado, y luego me sonríes. Por cada beso que termina con una conversación sobre el origen del universo, e incluso a veces, sobre el origen de los temblores de mi (tu) cuerpo. Porque no soy nadie para llenarte el cuerpo, la cabeza y la vida de letras, y cada vez que te veo fumar como si nada, como si el mundo no girara, me muero entre síncopes de arritmias y notas que generalmente hasta palpitan al ritmo que marca la batería. Tus ojos me cuentan batallas vividas hace tiempo, de esas que dejan cicatrices no solo en los nudillos, las que ahora pienso mientras ando descalza y helada por mi habitación, jugando a encontrar la tubería de agua caliente, y soñando despierta contigo mirándome desde la cama, y con esa cara que me pones cuando estoy espídica y hago como que salto entre dimensiones sin dejar de reírme, y luego me tumbo en tu tripa y te cuento mi último examen. Hasta que me da por despertar y estoy pegada a una blackberry que tiene tu voz, y que se ríe y me gruñe cuando le cuento hasta la última molécula de la atmósfera porque era la cuarta pregunta del examen del día.

causalidades y casualidades.

H entre-caladas. besarte y vice-verso. ibupro-frenos de resacas entre tus piernas, llamada. amada perdida. codigo de birras en la barra de labios de debajo de tu ombligo. masturb-accion simple y solitaria. letras de detrás de las casualidades. con-penetraciones hasta decir basta. vasca. r-ojos llorando en el 39. trenes hacia ninguna parte, personal train-er. (Ma)rían antes de que sea tarde. m-amado un lunes a las 8. cotillas y cotillones. ziggy, y zippo. Ola. Y adiós. LUCKY men fumando camel-los. Doblando esquinas por cada campana. Corazón transparente-sis, si quiero. b-odas en días de lluvia. tras(la)luz por las ventanas. Sumos anoréxicos, another léxico.
Cons-humo  (y) palabras.

Fuck you.

Le conoces, y pones cara de tonta. Te invita a una cerveza, y pones cara de tonta. Te da su número, y pones cara de tonta. Te vuelve a invitar a otra cerveza, y pones cara de tonta. Te lleva a pasear por un parque precioso, y pones cara de tonta. Te besa inocentemente, la mano quietecita, y tú, con cara de tonta. Te escribe preciosidades, y sigues con tu cara de tonta. Te va a buscar a la salida y (se te caen las bragas) pones cara de tonta. Te regala flores, y pones cara de tonta. Te lleva a cenar, y pones cara de tonta. Te invita a dormir a su casa, y pones cara de tonta. Te folla, y pones cara de tonta. Se marcha, y no vuelves a saber de él, y pones cara de lo que eres.

martes, 7 de junio de 2011

Por un mundo más entero.

lleva unas medias negras, y tiene unos ojos azules que no le caben en el pecho porque se enamora de todo aquello que mira. fuma mientras escribe en lugares pequeños y oscuros, porque dice que tiene claustrofobia, y que le asusta la pragmática de las caderas del último hombre al que quiso, y que odia las palabras con X y es por eso que se mantiene en estado de vigilia. cruza los semáforos en rojo dejando a un lado las casualidades, evitando mirar su reflejo en los espejos porque se acuerda de que camina sola. dice que no entiende la vida si no es en compañía, folla con calcetines y conserva mordiscos y arañazos como triunfos, sabiendo que se ahoga en siete letras que marcan su destino, que combina de múltiples formas para que siempre estén presentes en sus textos. no para de afirmar que sólo se ha enamorado una vez en su vida, que fue de un músico que un día decidió dejar la guitarra para tocarla a ella. se rapó el pelo hace dos meses porque quería acabar con su fuerza, pierde el rumbo tras un whisky on the rocks, y vuelve a la cama de día,  porque sabe que ella no es Cenicienta. que nadie va a venir a devolverle su zapato.

lunes, 6 de junio de 2011

Cual si fuese la diosa deseo.

No hace falta que le cuente eso de que el primer día que volvimos a follar volví a casa pensando en otro. No hace falta ni si quiera que la mire a los ojos para saber que pase lo que pase, me hará falta pulsar un botón y tenerla en media hora en la puerta de mi casa con la mejor de las sonrisas y una botella de whisky, "porque el alcohol desinfecta, sabías" o eso dice ella, que sabe bien de polvos sin amor, y de quitarse el sombrero, y de escribir entre raíles que echa de menos a un rubio que ahora en su vida es como la pena, es decir, nada. Y no para de repetirme que hay vida después, que encontraré  a alguien que será supercalifrgilisticuespialidoso, y entonces, ella, yo, solas, nos reiremos del mundo en una terraza quizá en la gran vía, o quién sabe si en puente de vallecas, y sólo resonará en el aire su... "te dije que te follarías a otro, no, perdón, que le harías el amor a otro como no se lo hiciste nunca a nadie..."

Me merezco un amor sin estrenar.

Creo que pocas veces he querido como te quise a ti. Pasó el tiempo y con el los suspiros, me atracaste unas cuantas veces contra el colchón del tercero y al fondo, exprimiste cada poro de mi alma y terminaste por oxidar los muelles de mi cama con tu sudor.
¿Y ahora qué?. Ahora sólo me queda un "no te quiero querer" arañándome los dientes, limandome cada centímetro de mi corazón, partiéndome la boca. Sólo unos 400 hijo de puta, divididos arrítmicamente por cada latido que fue tuyo, y preguntarme, cómo, después de todo, consigues que esto siga aquí dentro, tan fuerte.
Aunque me duela, hoy no me sale dedicarte más que un... que te den.
todo lo que yo no te supe dar.

sábado, 4 de junio de 2011

que qué hecho en falta. eso me dijo. pues es sencillo. echo en falta que me despierten con un preciosa cosiendo los labios. echo de menos que dejaran el mundo entero por ahogarnos en dos chupitos, y digo dos porque las penas saben mejor en compañía. echo de menos la desobediencia, romper reglas. no le echo de menos a él pero si que me follen como si me quisieran. echo de menos a los míos bajo el cielo de esta ciudad distinta, que sus ojos sean capaces de reflejar algo que no sea un hombre. echo de menos que un qué pasa no se quede en eso, una simple pregunta carente de sentido que no esconde ningún interés. echo de menos a la que era ella, a la que era yo, y la que era mi vida. también el beso de las buenas noches de mi madre. echo de menos a mi padre los domingos por la tarde cuando tiene que currar, y a mi tía sin su dosis de morfina. echo de menos los ojos de Jota, comprar rosas, el timbre del instituto, y las calles de Segovia. el acento rumano del segurata de renfe, los pitis que se consumen, las escaleras de la Antigua y una riñonera que perdí una noche de fiesta en el mismo lugar en el que dejé mis sueños. echo de menos confiar como una cría, que se me derritan todos los poros cuando creo notar su olor por aquí cerca. acentuar las mayúsculas y acabar mis párrafos en tu piel, siempre, en puntos suspensivos.

jueves, 2 de junio de 2011

Pret-a-porter.

Cuando unos labios saben exactamente en qué posición colocarse, sea a izquierdas o a derechas, en un beso con otros de su especie que nunca antes habían probado, es mágico. Cuando un beso lleva un ritmo lento, la nariz se acopla en la mejilla, o bajo la otra nariz, y hasta llega a acariciarlas, es sobrenatural. Cuando después de un beso tu frente se apoya en la mía, y es como si me traspasaras el alma, es demasiado.
Cuando te veo enfrente de mi casa a las 8:16 de la mañana un jueves, con esos ojos de sueño y de perro apaleado, solo quiero vivir bajo tus sábanas por siempre.

Éxito de taquilla.

No sabíamos ni qué buscábamos cuando quedábamos para llorar juntos y, quizá, echar alguna risa en los rincones que nos dejaban las rocas de vez en cuando. Yo no tenía ni idea de qué hacía cuando, medio ebria de melancolía y resignación decía algo que sonaba como que te lo estabas planteando. Todo sonaba hasta bonito en mi cabeza cuando de vez en cuando sentía tus manos en mi brazo, como diciendo: "tranquila, yo también estoy solo". Que quizá el día más solitario de nuestra vida fue en realidad una compleja asimilación de hechos que desembocó en lo único real: nosotros. Porque te juro que no tenía ni puta idea de qué hacía cuando subíamos una calle y ni te miraba, mientras hablábamos de todo menos del futuro. Tampoco lo sabía cuando me quedé sentada en un portal escuchándote hablarme, ya tranquila. Solo recuerdo que me hacían cosquillas las mariposas cuando me dijiste lo que parecía un tranquilo somos amigos, pero que yo sabía que escondía más. Y tampoco supe qué hacía cuando vi tus labios venir hacia mí y me dejé llevar por una marea que no sabía que tenía. Y fue el mejor primer beso de mi vida.