martes, 11 de agosto de 2015

No somos un cuento de hadas. No lo somos, ni lo éramos por separado. Ni lo éramos antes de conocernos. Ni podemos aspirar a serlo. Somos un cuento de terror o una novela triste. Un thriller dramático de serie B llevado a la cúspide de la perfección. No somos un cuento de hadas porque las cosas rotas nunca están bien vistas. 

No somos un cuento de hadas pero podemos ser marionetistas de uno. La sonrisa rota detrás del escenario a ojos de quien sabe mirar. Tu manera de ser tú, en tu máximo esplendor, cuando respiras tranquilo entre mis brazos a las seis de la mañana. La belleza reside en lo que mueve. La belleza reside en un cruce de miradas que provoca que el mundo se detenga, un segundo. 

La belleza reside en que no intentamos curarnos. En que no podemos curarnos, pero tampoco queremos. La belleza reside en el fondo de tu mirada, más que en cualquier obra de arte que pueda encontrar. La belleza nació rota. 

No quiero que arreglen mis pedazos. Solo quiero que acaricien los torpes puntos de sutura que pude darles, y que la próxima vez, me quiten la aguja de las manos. 

Caos.

Quema como el fuego de tus dedos en mi piel. Quema, arde, y nunca había sentido algo que me diese tanto miedo. El tiempo se me escapa entre los dedos, y la razón se ahoga entre fuego. Entre humo. Clama por un vaso de agua que solo llega cuando miro lo de siempre. Mi sonrisa cuando no era mía. Porque los hilos de mi raciocinio solo se encuentran cuando me aseguro de que es algo bueno. Al menos, hasta la siguiente ocasión.

sábado, 11 de julio de 2015

Perder es tan sencillo como dejar de intentar.

martes, 23 de junio de 2015

Añicos,

Abrirse en canal como nuevo deporte extremo
en el que te dejas en manos de otros
para que jueguen contigo hasta cansarse.

Confianza absurda y ciega,
como abrazar una almohada bajo las sábanas
con los ojos bien cerrados, la última pesadilla.

Nadie sabe el miedo que siento,
como me pesan los párpados y
que no sé si necesito un abrazo o un orgasmo.

"Porque eres la mujer más rota que he conocido nunca."

Faro. O farol.


"Escribo porque no puedo emitir luz.


Pero sí reflejarla."



Escribo porque creía que sabía de la vida cuando solo conocía el frío a través de una ventana, bien envuelta en mi manta con una taza de chocolate caliente entre mis manos, tan solo rozadas por una pequeña brisa de un día desapacible.

Escribo porque la culpa he de sudarla de alguna manera. Estrecharle la mano tan fuerte que pienso que va a dolerme y que no lo haga es aún algo que se me hace extraño.

En momentos como este, escribo únicamente porque llueve, y el repicar de las gotas en mi ventana hace que añore el repicar de mis dedos contra el teclado: hoy de un ordenador diminuto, antaño de otros tantos.

Escribo porque es una manera de reconocerme a mí misma. Días como hoy, me hacen perderme en la vasta inmensidad de algo que no reconozco como yo misma. 

Escribo porque no puedo emitir luz. Pero a ojos de algunas personas, por algún motivo que no alcanzo a comprender, parezco ser el faro que ilumina sus vidas.

¿Y cómo, si no sé iluminar la mía?

martes, 26 de mayo de 2015

Cuando la constante de tu vida es la soledad
cualquier problema parece pequeño.

Me replegué en mí misma con solo una mirada. Y desde entonces, fingir se convirtió en algo tan necesario como inhalar el aire contaminado de una gran ciudad si quieres mantenerte viva. Dañino, potencialmente letal, un pequeño placer que me mata: pero eso es lo que me hace sentir viva.

Porque lo correcto era la indiferencia. Indiferencia, frialdad, el intercambio sin parpadear de banalidades cuando ardía de ganas de destapar cada por qué, de confesar que me estremecía solo con un roce fortuito de tu mano sobre mi espalda. El juego. Un pacto silencioso que tenía mi absoluta atención. Porque me fascinó, y pocas cosas me fascinan en esta vida.

Porque nunca nadie me había forzado a apartar la mirada. Porque parte de mi es tuya desde que besaste mi mejilla.

Que quiero hacer el amor contigo. No una vez solo,
si no cientos de veces. Pero a ti no te lo diré nunca.









but I'm ok

Ven y abrázame. Calla, porque esta noche soy solo tuya y necesito respirar. Solo devuélveme el abrazo y deja que me calme. Ya lo sabes, cuando ni siquiera tiemblo, cuando mi respiración no se molesta en alterarse, es todavía peor. El hielo, cuando estás inmersa en su vasto interior, quema hasta hacerte arder sin permitirte chillar.

Muy en el fondo, no lloro porque he cogido fobia a mis ojos verdes.