miércoles, 21 de diciembre de 2011

Por eso, no te vayas.

y entonces te recordare en toda la ropa dada de sí, en los cajones vacíos, la falta de palomitas por el suelo y los ceniceros semidesnudos, y todo podrá ser otra vez imperfecto y rutinario, y los miércoles sabrán a poco y menos aún los botellines de los viernes, y despertarse un domingo de resaca sólo podrá llegar a ser un sinónimo de derrota, si son mas de las seis y nadie se molesta en decir "buenos días, preciosa", los autobuses volverán a ser enemigos ocultos de las pasiones, guiños a la indiferencia cualquier día a las dos cuando tu mano se despida entre mis piernas, la mesa no servirá más que para estudiar, que mi habitación esté desordenada tendrá un sabor amargo, y hasta el hueco de mis clavículas te echará de menos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Le petite mort, siempre inconclusa.

y cuando vuelve a casa a cenicienta le sobran chupitos a falta de un principe que le traiga su zapato, porque duermen lejos y respiran mal por no acuchillarse el aire a base de besos, y se pierden en un par de callejones sin salida porque saben que al día siguiente saldrá el sol aunque no haya habido carroza de vuelta a casa, por el rollo ese de la superacion, de quererse más y mejor a medida que pierden la ropa, de conocer a ciencia cierta lo que es pelear entre kilómetros, no poder llegar porque han dado las doce, deshojar cada segundo de la espera, buscar aliento en un piti y que no me joda no escribir porque todo es perfecto, porque no hay penas que camuflar ni mundos paralelos que construir a base de tinta y folios arrugados, porque no tengo que contar más mentiras, porque Cien años de soledad parece lo que duró su espera, Rebeca Montiel tragándose sus mariposas y las de otras cuarenta, porque el sonido de los muelles les recuerda que siguen vivos, que aquí están a pesar de las tormentas, que tienen una eternidad por delante, con poquito más que la inseguridad vistiéndoles todos los días,quemando tronos, arañando espaldas, terminando películas como mayor exponente del romanticismo, abrazándose debajo de la ducha, apagando despertadores, queriéndose en amateur, como dice escandar, y lo que es más importante, follándose como si se hubieran buscado toda la vida...

domingo, 4 de diciembre de 2011

¿A los cuantos cállate empezamos a besarnos?.

Ninguno. Ninguno porque llegó sonriendo como si supiera que ella llevaba esperando ese momento toda su vida. No hicieron falta palabras, ni tan siquiera un gesto porque las calles de esa ciudad parecían distintas ya por esas horas. Y dicen que somos humanos y por eso nos tropezamos, que algunos aprenden de sus errores y otros simplemente los olvidan, que no hay que arrepentirse de algo si ese algo era justo lo que querías hacer en ese momento. Bueno, pues esta es la verdad: que le habría besado a él y solo a él hasta desgastarle, le habría prometido una eternidad que tenía guardada como el mejor de los secretos, habría planeado setecientos veintisiete lugares a los que huir con él, pero fui cobarde. Dicen que cuando quieres a alguien debes dejarle ir, y que si no vuelve, nunca fue tuyo.Y esta es nuestra historia: que si mi corazón latía (y late) era por sus sonrisas, porque tenía esa jodida fuerza capaz de mover montañas, esa tranquilidad aun cuando todo iba mal, esa capacidad de hacer que el mundo desapareciera por unos segundos...
Todos los lo siento van a ser poco, y nunca se me han dado bien las supercompensaciones, pero tal día como hoy, a eso de las dos de la mañana, a mi sólo me sale decirle que el miedo no me va a ganar este pulso: porque quiero abrazarle tan fuerte, que parezcamos uno solo, y si me voy, sólo va a ser a hacer palomitas. Dicen que ser el primero puede ser perfecto, pero ser el último es todo un éxito. Y leyendo eso, en una habitación que no es la mía y sabiendo que la cama esta fría porque no está el para calentarla, solo me sale decirlo: que después de él no hay nada más, y que pase lo que pase, y aunque hoy no esté para llamarme bonita medio dormido, soy la persona más feliz del planeta... no hay duda.
=)