miércoles, 25 de mayo de 2011

Mientras duermes yo te escribo...=)

Te despertaría metiéndote la mano en el pantalón del pijama para decirte que es la hora de contar estrellas, para decirte que la más bonita está durmiendo en mi cama. Te ataría para descubrir cada rincón de tu cuerpo, te lo haría como dos quinceañeros en celo que se han conocido a penas unas horas antes. Te contaría al oído que he soñado muchas veces contigo, tantas, que creo que nací para encontrarte. Mentiría si dijera que no te he buscado en otros cuerpos, que no soy adicta a la droga de tus poros, que soy capaz de soltarte y largarme por la puerta con la mejor de las sonrisas sabiendo que dejar atrás la república independiente de este reino sería un abismo. Echaría el pestillo, bajaría las persianas, y me pasaría el resto de mis días amándote como una loca, desquiciándome por el hecho de que nunca será suficiente. Te declararía mil y una batallas contra este colchón, sabiendo que no quiero que gane ninguno para que no acabe la guerra. Cerraría con tu saliva veintisiete heridas, trescientas sesenta y cinco resacas. Me ahorcaría por fandangos y soledades en la guitarra de tu cuerpo y moriría por tu  mano temblorosa acariciando cada centímetro de mi piel si hiciera falta. (Nos) Correría (mos) de esquina a esquina, para decirte que tu ropa queda muy bien en el suelo de mi cuarto. Dejaría que esta pasión tan atroz como desatinada me desnudara, y caminaría agarrándote hasta la calle Felipe IV de Madrid, número 4 de tus caderas, para chillarle al oído a un montón de genios de las letras y filólogos que adjetivos como precioso, perfecto o increíble, se quedan cortos. Que ellos no han visto tu cuerpo y yo, necesito una nueva palabra.

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