miércoles, 4 de mayo de 2011

No sé ni tu nombre.

Poco más conozco de ti, a parte de esa camisa de cuadros rojos y negros que me vuelve loca. Sueles llevar barba de tres días, un pendiente en la oreja izquierda y una púa colgada del cuello. Qué casualidad. Como yo.
Poco conozco de ti, ya te digo, y te daría la risa si supieras que eres el culpable de estos cigarros que caen uno a uno, de las taquicardias arrítmicas entre apuntes y prácticas, el fin último de estas letras que le rinden tributo a tus curvas sorprendidas, pero obedientes.
Cada vez que te veo se me corta la respiración de las palabras, se me nublan los sueños, y me entran unas ganas horribles de pedirte que me folles ahí mismo, que si no lo haces reviento, que debo de conocerte de antes de todo lo que he soñado contigo.
Vayámonos.
Coge el coche, la guitarra, y los vaqueros.
Vayámonos.
Lejos. Donde nadie pueda reconocernos.
Vayámonos.
Vayámonos a la vez y que tus gemidos ahoguen de una vez por todas mis suspiros.
http://www.youtube.com/watch?v=-W5n3w7-VtY&feature=player_embedded

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