jueves, 19 de agosto de 2010


Estoy aquí, soy un puto saco de inseguridades que creeme, te echa de menos. No tengo ni puta idea de caminar, me recuerdo a la niña que se esconde en su rincon, que reniega del mundo por el miedo al dolor, a la soledad, al sufrimiento. No sé donde cojones estás, pero dime, por qué coño te has ido. Ayúdame, sacame de toda esta mierda, dame la fuerza para seguir adelante, por ti, por mi, por todos. Te has marchado, te has marchado y esas palabras retumban en mi cabeza como queriendo imponerse a un corazón que aún sostiene que no es posible. Que tú no estás debajo de todas esas flores y mucho menos eres un pedazo de cerámica con tu nombre. No. Te busco. Te busco entre un monton de miradas que no me llenan una mierda, me ahogo en el ultimo vaso que baño con temores, las paredes de este bar parecen comerme de vez en cuando. Te echo de menos. Te necesito a cada paso que doy, cada tarde de domingo, cada miércoles. Te necesito aquí cerca, como cuando era una enana que se subía a tus hombros para ver entre la gente. Escribo. Escribo letras vacías que nada tienen que ver con mi ánimo. Páginas y páginas de mentiras en primera persona.

Lloro, porque fuiste demasiado grande. Porque no estás y tu ausencia me revienta por dentro las entrañas y me araña el corazón como si de un cristal punzante se tratara. ¿Por qué? Sólo dame un puto motivo, una razón que justifique toda esta mierda. Dime por qué coño quiero pensar que estás aquí, no muy lejos, sentado al lado mia en este jodido sofá y mírandome. Sé que no te gustaría ver esto. Que no te gustaría observar a la que practicamente era tu pequeña niña convertida en un intento de adulta bañada en un mar de lágrimas, en un no sé bien cómo ni por qué pero no aguanto. Qué somos sino recuerdos.

Te juro que a mi no me vale. Que no me vale toda esa mierda que la sociedad me quiere imponer. Que recuerdo este jodido mes y ahora es gris y ni dios va a poder cambiarlo. Tecnicismos, qué dolor ni que hostias. Duele perder un brazo, o un dedo. Pero esto no duele, esto abrasa. Es casi fuego.

Me hago la dura. Me hago la dura por ti, por todos los momentos. Obligo a mis piernas a seguir, a continuar por un camino más incierto desde que has partido. Te pienso. Te pienso constantemente porque así te mantengo vivo. Porque todo lo que te quise y quiero no puede reducirse a un cuerpo.

Limpio las lágrimas que retuercen el espejo, sonrío, finjo que soy feliz dentro de este infierno. No le cuento a nadie todo lo que duele conjugarte en pretérito.

No hay comentarios: