martes, 26 de octubre de 2010

Quién.

Su mirada encierra la tristeza. Casi nadie puede verlo. Las sonrisas no son más que una especie de desafío a ese maldito universo que se rió en su cara mientras le arrebataba lo que más quería. Porque el simple hecho de sonreír a las paredes ya hace que vuelque cada gota de mi mísera inspiración en chillarle al mundo que pare, que aquí hay alguien que merece ser feliz más que nadie en esta vida. Que 17 años contienen demasiado sufrimiento como para poder verlo sin cerrar los ojos y dejar resbalar una lágrima, impulsada solo por un reflejo de lo que puede que ella sienta. Que te mereces una lluvia de estrellas. Que no hay nadie que me levante más que tú, y esa sonrisa que puede derribar los muros del caos, de ese que a veces alberga a cualquiera, de ese que nadie excepto tú puede siquiera comprender.
Que entiendo tu sueño. Que tu Taj Majal es mi Roma. Que sé lo que darías por la vida que un día tuviste el atrevimiento de soñar, esa que el puto destino te negó desde el día que abriste la boca y pronunciaste su nombre. Que sé que existe una lucha por levantarte sonriendo cada día, enfrentando a esa vida que me has enseñado a amar. A no desperdiciar lo que tengo. Puedo jurarte que viviré la vida que tú no puedes disfrutar. Que dentro de unos años, tú y ese alguien que llene tu particularísimo vacío, estaréis recorriendo las calles de Roma a nuestro lado.. contándome tu felicidad, tu recuerdo. Nunca, jamás, en la vida olvidaré lo que me has enseñado esta noche. Luchar por lo que quiero, vivir la vida que deseo. Sin que NADA ni NADIE trate de impedirlo.

No hay comentarios: