jueves, 9 de junio de 2011

Essaouira.

Te escribiría un verso por cada vez que me dices afínate con ese tono de entre cansado, borde y amargado, y luego me sonríes. Por cada beso que termina con una conversación sobre el origen del universo, e incluso a veces, sobre el origen de los temblores de mi (tu) cuerpo. Porque no soy nadie para llenarte el cuerpo, la cabeza y la vida de letras, y cada vez que te veo fumar como si nada, como si el mundo no girara, me muero entre síncopes de arritmias y notas que generalmente hasta palpitan al ritmo que marca la batería. Tus ojos me cuentan batallas vividas hace tiempo, de esas que dejan cicatrices no solo en los nudillos, las que ahora pienso mientras ando descalza y helada por mi habitación, jugando a encontrar la tubería de agua caliente, y soñando despierta contigo mirándome desde la cama, y con esa cara que me pones cuando estoy espídica y hago como que salto entre dimensiones sin dejar de reírme, y luego me tumbo en tu tripa y te cuento mi último examen. Hasta que me da por despertar y estoy pegada a una blackberry que tiene tu voz, y que se ríe y me gruñe cuando le cuento hasta la última molécula de la atmósfera porque era la cuarta pregunta del examen del día.

1 comentario:

JMD dijo...

Diosssssssssssssssssssssssss, es que amo como escribes Mariaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan!
ARTISTA!


ATT: Juls (http://thenylover.blogspot.com)