lunes, 6 de junio de 2011

Cual si fuese la diosa deseo.

No hace falta que le cuente eso de que el primer día que volvimos a follar volví a casa pensando en otro. No hace falta ni si quiera que la mire a los ojos para saber que pase lo que pase, me hará falta pulsar un botón y tenerla en media hora en la puerta de mi casa con la mejor de las sonrisas y una botella de whisky, "porque el alcohol desinfecta, sabías" o eso dice ella, que sabe bien de polvos sin amor, y de quitarse el sombrero, y de escribir entre raíles que echa de menos a un rubio que ahora en su vida es como la pena, es decir, nada. Y no para de repetirme que hay vida después, que encontraré  a alguien que será supercalifrgilisticuespialidoso, y entonces, ella, yo, solas, nos reiremos del mundo en una terraza quizá en la gran vía, o quién sabe si en puente de vallecas, y sólo resonará en el aire su... "te dije que te follarías a otro, no, perdón, que le harías el amor a otro como no se lo hiciste nunca a nadie..."

2 comentarios:

Salamandra dijo...

Demasié Ö Me has hecho llorar..

Raquel Begué dijo...

Me ha encantado la entrada, es genial. (y la última frase ni te cuento!)