miércoles, 5 de mayo de 2010

A hacer de las suyas.


Paso unas putas veinticinco horas al día pensando en lo que supone que no estés. Me revienta a hostias por dentro cada puto recuerdo, cada lágrima que quien sabe si mañana decidirá ser sonrisa, y viceversa. Se que no tengo derecho a hablarte del infinito, ni a dejar de pensar en el hoy para besarte como si fuera un mañana para siempre. Se que no debo pedirte que te quedes pero que no hacerlo me revienta por dentro, me desangra, me tortura lentamente como la peor de las drogas, como la agonía del toxicómano que depende de lo que le mata. Y también se que en esta historia yo solo quiero escribir puntos, infinitos puntos como lunares, y se merecen un aplauso todas aquellas personas que se levantan todos los días y con dos cojones, viven con el hecho de querer a quien más echan de menos.


No hay comentarios: