martes, 16 de agosto de 2011

People.

Puedo escribirte versos por encargo, a dos céntimos la línea de imprenta. Puedo volcar mi desazón en corrientes de tinta que lleguen hasta su cama, puedo escribirte de amor y desamor, de sentirte sola en un mundo que no te entiende, de qué supone conocer las dos caras de la moneda. Puedo hablarte de salas de espera, de tumbas, de lo mal que suenan las lágrimas al suicidarse. Puedo hablarte de sueños, de promesas, de anillos, de ganas de hacer a alguien la persona más feliz de la tierra. Puedo hablarte de risas, de viernes, de clases y de carboncillos que chascan cuando los pisas sin querer queriendo. Puedo hablarte de arte, de nervios, de escenarios, de focos, de cartas, de magia. Puedo hablarte, sobre todo, de Descartes, de Hume, de Kant, de Platón y de Ortega, de la vida hecha teorías, de certezas escritas en libros que nadie recuerda.
Puedo hablarte de un universo dentro de una sola persona. Y en este mundo hay millones.