miércoles, 12 de enero de 2011

Encuentros.

Siento haber llegado tan temprano, pero las ganas de verte me superaban. Sí, sé que hace meses que no ocurría esto, pero supongo que todos queremos lo que no podemos tener. Mi vida va bien, ahora leo a Ruiz Zafón, me dejo llevar por como mezcla las palabras. Sus libros son como una baraja perfectamente imbricada, nada queda suelto, nada queda mal. Cierto parecido a Reverte, quizá.
Me gusta ver el morado, y recordarte a ti. Tu habitación sigue como la recordaba, nada ha cambiado. Ni siquiera necesito sentarme para comprobar que el colchón de tu cama es el mismo que hace unos años. ¿Tú? Tú tampoco has cambiado. El pelo más largo, quizá. Se te ve más libre. No, no sé decirte cómo lo noto.
Serán los años, pero todavía sonrío cuando tus ojos me prometen cosas que sé que no cumplirán. Picarescos, como siempre. Sigues siendo un maldito galán. No, no me mires así, ya nos conocemos.
Me citas una canción. La Fuga. Es irónico que seas tú el que me diga que no le van las cosas bien. No, por mi parte todo está bien. Sigo como siempre, creando ilusión, pero tú sigues siendo mejor en eso. ¿Que cómo? Sí, sé que no sabes hacer lo que yo hago. Pero soy una prueba viviente de que sabes crear ilusión. Mantenerla. Romperla. No me lo niegues, sabes que es cierto. No. Lo. Digas. No.
Yo también. En verdad, solo vengo para saber si sigues como hace unos meses, ¿recuerdas? Aquel día en el que te sentaste a mi lado en una cafetería, y nos ignoramos. Sí, ese. Somos idiotas, lo sé.
No, no te odio, ¿por qué piensas eso? Nah, aquello está olvidado. ... Sí, sé que no sé mentir.

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