jueves, 6 de octubre de 2011

SteveJobs

Nunca seré de esas personas que escriben maravillas sin apenas respirar para ello, ni uno de esos dramaturgos del siglo de  Oro que tienen más de cincuenta obras publicadas en su poco tiempo de vida. Quizá nunca tenga mi columna en un periódico, ni mi pequeña casita en el trastevere de Roma, y quizá ni siquiera tenga para llevar esa ropa con la que me imagino dentro de unos años.
A lo mejor todo se trunca dentro de cinco minutos, quizá nuestra vida cambie en unos pocos segundos. Steve Jobs me ha enseñado en apenas quince minutos que alguien que ayer estaba vivo y que para mí era tan solo el fundador de una grandísima compañía informática, al cual ni siquiera ponía nombre, podía cambiar una vida, darle sentido, enseñarle que lo importante es disfrutar, porque quizá no hubiera mañana. En ese vídeo, un discurso en la graduación de la univerdad de Stanford, puede derrumbar las bases de cualquier forma de vida, con una sencillez y una claridad que asustan. Desde aquí quiero rendirle un pequeño y particular homenaje a esa grandísima persona que ayer nos dejó para siempre, aunque su maravillosa forma de vida ha crecido en las últimas horas, en corazones de persona que, como yo, tan solo querían enterarse de las últimas noticias.
Hoy, sin haber acabado si quiera de ver el vídeo, he desechado todo aquello en lo que creía, para sustituirlo por algo nuevo. He comprendido que hay cosas que simplemente no merecen la pena. Otras, por el contrario, merecen hacer las mayores locuras de esta vida. Basta de discusiones, porque no merece la pena perderte por algo así. Porque es mi futuro. He decidido que lo que opine la gente no va a influir en mis estudios, porque me da igual que no tenga salidas, ni futuro, ni perspectiva. Me lo pide el corazón. Lo haré, y ya veremos dónde acabo. Sea lo que sea, será lo que mi cuerpo, mi alma, mi destino, mi karma, me ha dado.
Porque él nunca se rindió, y yo tampoco.
Suerte dónde quiera que estés Steve. No te olvidaremos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este texto es precióso y muy,muy,muy,muy y eso que ódio repetir y me dá inclúso dolor de cabeza,que muy inténso,auténtico,extremadamente precioso y lleno de sentimiénto.

Saludos