miércoles, 6 de julio de 2011

Te echaré de menos.

Te dicen "es lo que hay" y tu tratas de hacerte a la idea, como si fuera un hecho insustancial que desde ayer en Madrid brille una Estrella menos. Sales a la calle a pegar un par de caladas, a falta de cualquier droga y te das cuenta de que el mundo sigue girando. Entonces ocurre, y a ti te dan ganas de cagarte en la puta madre del que maneja los dados, de maldecir a todas las constelaciones que se alinearon hace un año por estas fechas. Reventarías a hostias al primero que te pidiera que seas fuerte, sabiendo que es tan solo un acto inconsciente, porque la gravedad nos empuja, lo de seguir hacia delante o caer en picado, no sé bien, y reirías como una loca posesa bailando entre cristales, porque lo más recurrente para estos momentos es que a ella no le gustaría verte así.
Me importa una puta mierda, y lo digo con la boca bien grande, las espaldas limpias, y la conciencia tranquila. Me importa una puta mierda, digo, porque de aquí a tres meses faltaran sus chistes, sus ojos, sus nervios, su tos, y sus cigarros, y eso, es algo anormalmente normal, y aquí, nadie lo entiende.

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