sábado, 4 de febrero de 2012

Partiendo la madrugada en dos.

No es que no cuente con ello o no quiera saberlo, pero entiéndeme, este sofá está así como frío sin ti y no porque el tiempo amenace nieve, y el cigarro me mira desafiante como diciendo "esta vez no pienso saber a sus labios", y por aquí nadie se hincha a cereales, y esta todo tan ordenado que solo pienso en nuestras guerras, porque para bien, o para mal, aunque más lo primero que lo último, hemos lidiado en muchas.
Pero dicen que es mas fácil si uno apunta y el otro distrae al enemigo, dicen que hay cosas que sí que son para siempre, y no tengo apuntes que leer ni a nadie al lado pidiendo mimos, o con ganas de ser solo uno aunque sea cuando me miras desafiante al grito de "sube, que te llevo", que tenemos un camino por recorrer y no conozco otro transporte, tan seguro de que va a ser así siempre, y a la vez con tanto miedo.
Porque a veces puedo leer en tus ojos que con tantos golpes alguno tiene que ser el de suerte, que la vida te da palos pero somos muy rural boys como tu dices, y sabemos lo que es doblar la espalda al sol, los callos de las manos, y que nos sangren los labios los domingos de resaca, echándole la culpa al calimocho y no a tus mordiscos, porque aunque duelan, me gustan.
Y creo que con eso se resume todo, con un dolió pero era necesario, con un somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos, con un "siento no haber apretado fuerte tu mano todas las mañanas de Agosto".
Pero qué más da, si tú pones las hojas y yo el bolígrafo, si parece que el azul bic está de nuestra parte, si escribo por miedo esperando a que lo leas, pero algo, muy dentro de mi, dice que esta vez el cuento llevará buena letra.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta...

Anónimo dijo...

Mucho

Irina dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

lo que tu

Anónimo dijo...

escribes :)